La selectividad alimentaria en niños autistas no es un capricho ni un problema de conducta, sino una respuesta a factores sensoriales, motores y emocionales que influyen en su relación con la comida. Abordarlo con respeto y estrategias adecuadas puede marcar una gran diferencia.

Causas de la Selectividad Alimentaria

 Hipersensibilidad sensorial: Rechazo a ciertos sabores, olores o texturas intensas.

 Hiposensibilidad sensorial: Necesidad de alimentos con sabores fuertes o texturas crujientes para sentir la comida en la boca.

 Dificultades motoras orales: Problemas en la masticación o deglución, especialmente con alimentos duros o fibrosos.

 Rigidez y necesidad de rutina: Comer siempre los mismos alimentos les da seguridad y evita experiencias desagradables.

 Asociaciones negativas: Si un alimento generó náuseas o malestar, es probable que lo rechacen de forma permanente.

Estrategias para Abordar la Selectividad Alimentaria

1. Terapia Ocupacional con Integración Sensorial

Los terapeutas ocupacionales pueden trabajar la desensibilización progresiva de texturas y olores, además de mejorar la motricidad oral. Algunas estrategias incluyen:

• Uso de vibradores orales o cepillos sensoriales para mejorar la tolerancia en la boca.

• Exposición gradual a diferentes texturas a través del juego (no solo en la comida, sino con plastilina, espuma, etc.).

• Masajes faciales para fortalecer los músculos orales.

2. Terapia de Alimentación Basada en la Respuesta Sensorial

Este enfoque respeta los tiempos del niño y busca aumentar su tolerancia a nuevos alimentos de manera progresiva. Algunas técnicas son:

• Introducir el alimento primero visualmente, luego permitir que lo toquen, huelan y, con el tiempo, lo prueben.

• No forzar ni premiar con comida, sino reforzar con elogios o juegos la exploración de nuevos alimentos.

3. Trabajo con un Logopeda Especializado en Motricidad Orofacial

Si hay dificultades en la masticación o deglución, un logopeda puede ayudar con ejercicios específicos para fortalecer la lengua, los labios y la mandíbula.

4. Estrategias Sensoriales en Casa

• Platos divididos para evitar que las texturas se mezclen.

• Uso de utensilios adaptados (cubiertos más ligeros, pajitas, platos antideslizantes).

• Permitir que manipulen la comida sin la presión de comerla.

5. Introducción de Alimentos de Forma Gradual y Segura

• Usar alimentos puente, es decir, versiones similares a lo que ya comen (por ejemplo, cambiar patatas fritas por patatas al horno).

• Modificar poco a poco las preparaciones sin cambiar el aspecto o sabor de golpe.

• Crear un entorno sin estrés a la hora de comer: sin ruidos fuertes, sin luces intensas, sin pantallas que generen sobrecarga.

6. Trabajo Multidisciplinar

En algunos casos, la selectividad alimentaria puede requerir apoyo de varios profesionales:

• Nutricionistas especializados en autismo, para asegurar una alimentación equilibrada dentro de las preferencias del niño.

• Psicólogos con enfoque en neurodiversidad, si hay ansiedad o rechazo intenso hacia la comida.

Acompañar sin Presión ni Castigos

La alimentación debe ser una experiencia positiva. Obligar, castigar o engañar solo generará más ansiedad y rechazo. En su lugar, es importante:

 Respetar sus tiempos y preferencias.

 Ofrecer variedad sin exigir que coman todo.

 Priorizar el bienestar emocional sobre la “dieta ideal”.

La clave está en acompañar con paciencia, adaptar la alimentación a sus necesidades sensoriales y buscar apoyo cuando sea necesario.

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¿Tu hijo tiene selectividad alimentaria? ¿Has probado alguna de estas estrategias? ¡Te leo en comentarios!

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Susana Ariza

Coach especializada en Neurodiversidad

“Vivir el Autismo”

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Cita de la semana

“El autismo no es un límite, es una puerta hacia una forma diferente de entender el mundo. Cuando elegimos acompañar en lugar de corregir, creamos un espacio para que florezcan las capacidades únicas de cada persona.” – Temple Grandin.

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